La importancia de los juguetes de apego en edades tempranas
En la etapa infantil los niños entienden y se comunican con el mundo a través de sus emociones. Esas emociones las atienden los adultos que interactúan con ellos, y el niño va aprendiendo a conocerlas y a sentirse seguro y querido. Por ello es normal que el niño cree un vínculo afectivo con los padres. Así se sienten seguros. Pero también es normal que un niño haga uso de un juguete o un objeto transicional. Para llenar precisamente esa seguridad cuando se enfrenta a experiencias nuevas y que representan cambios en su vida, como por ejemplo la primera escolarización. Esto potenciará su autonomía en un futuro.
Desde la Escuela Infantil El Valle de Alicante somos conscientes de la importancia que tiene para los más pequeños ese momento de adaptación. Por esa razón, permitimos que los niños que lo necesiten traigan su juguete de apego a clase e interactúen con ellos.
El juguete de apego como base del afecto y la seguridad emocional
En poco tiempo, dejaran de necesitarlo. Y es que en nuestra escuela creamos el afecto y la seguridad emocional necesaria en nuestros pequeños. Intentamos que los niños creen un vínculo afectivo con la tutora, que hará que se sienta seguro y protegido, por lo que ya no necesitarán su juguete y dejará de cumplir su función.
En la Escuela Infantil El Valle, fomentamos y acompañamos de forma natural y progresiva este proceso, para crear en nuestros pequeños un ambiente emocionalmente sano, que le ayudará a sentirse queridos y seguros de sí mismos. Además, tenemos como objetivo crear un ambiente familiar entre los niños y contribuir al desarrollo integral del niño tanto a nivel intelectual como físico, social y afectivo. Estos aspectos centrarán las bases de su personalidad cuando sean más mayores y tengan que empezar el colegio.
Estas experiencias se desarrollan sobre todo mediante el juego, dándoles la oportunidad a los niños de desarrollar la imaginación, curiosidad y creatividad, manteniendo ese espíritu lúdico con el que los niños nacen.
“Un niño atendido emocionalmente y seguro de sí mismo, es un adulto emocionalmente maduro y listo para afrontar el mundo”.