
La Importancia de la psicología positiva en la educación infantil
Actualmente, la psicología positiva es considerada uno de los enfoques más en auge de cara a la educación de los más pequeños. Está basada en la cooperación, el respeto mutuo y el compartir responsabilidades.
En este artículo, exploraremos cómo la aplicación de la psicología positiva impacta en la educación de los más pequeños y cómo puede transformar la dinámica familiar.
Tras su implantación y su estudio en diferentes tipos de familias, se ha demostrado que una mezcla de límites y cariño facilita la adquisición de los aprendizajes esenciales y que reduce considerablemente el número de conflictos. Además, toma a los niños como agentes activos de su propio desarrollo, fomentando así la autonomía y la autogestión.

Desde la Escuela Infantil El Valle reconocemos la importancia de adoptar nuevas metodologías educativas y por ello, queremos compartir con las familias algunos de los principios o herramientas que constituyen la psicología positiva:
- Cambio de enfoque en el lenguaje: sustituir las órdenes (“vístete”) por preguntas (“¿qué debemos hacer antes de salir?”) de cara a fomentar su autonomía.
- Equilibrio entre severidad y permisividad: buscar un punto medio entre la severidad y el control excesivo (ninguna opción y castigo) y la permisividad sin límites (todas las opciones y sólo recompensas)
- Anticipación de eventos, avisando a los niños para lo que viene: “cuando termines de comer podrás ver un cuento”
- Responder con preguntas e incitar a su reflexión: “¿qué piensas tú?”
- Invitar a cooperar: “¿me ayudas?” y quitar la ayuda una vez que veamos que el niño sabe y puede hacerlo solo.
- No reprimir las emociones, y sustituir el “no te enfades o no llores” por herramientas con las que puedan gestionar su enfado (rincón de la calma, explicación con peluches, respiraciones, golpear algo blandito, pedir un tiempo etc.)
- Validar sus emociones a través de los siguientes pasos:
- Aislarse del comportamiento del niño
- Prestar atención y escuchar lo que sus emociones dicen
- Garantizar la expresión de los sentimientos
- Dar poder al niño para que ayude a resolver su problema.
- Mantener nuestros límites acordados de manera calmada.
- Ofrecer opciones limitadas dentro de lo que nosotros preestablecemos como correcto. Por ejemplo, si quiero que coman saludable, en vez de ordenar la fruta que tienen que comer, puedo preguntar si quieren pera o manzana. De esta manera, el niño adquiere cierto control sobre la situación, a la vez que marcamos límites necesarios para nosotros.
Y, sobre todo, entender que es normal que nos sobrepasen algunas situaciones, por lo que tenemos que obligarnos a realizar una pausa positiva (de la cual aprende el niño o la niña), y comprender que a través de la psicología positiva buscamos la conexión y no la perfección.
En resumen, la psicología positiva emerge como un pilar fundamental en la educación infantil, ofreciendo herramientas prácticas y enfoques innovadores para el desarrollo integral de los niños. Al adoptar estos principios, no solo fortalecemos la relación con nuestros hijos, sino que también sentamos las bases para un futuro más positivo.
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