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Actividad física en niños de 1 a 2 años
El movimiento como motor del desarrollo: La importancia de la actividad física en niños pequeños
Jugar, explorar y moverse: Cómo las actividades físicas desde los 1 y 2 años fortalecen el desarrollo físico, emocional y cognitivo, sentando las bases para un futuro saludable.
La actividad física es esencial para el desarrollo integral de los niños desde los primeros años de vida. En los niños de 1 y 2 años, el movimiento y el juego activo no solo son formas de entretenimiento, sino también herramientas fundamentales para fortalecer su desarrollo físico, emocional y cognitivo.
Uno de los principales beneficios de la actividad física es el fortalecimiento del sistema muscular y óseo. Durante esta etapa, los niños están en pleno crecimiento y moverse les ayuda a desarrollar músculos fuertes y huesos resistentes, previniendo problemas de salud futuros como el sedentarismo o la obesidad.
Además, las actividades motrices como gatear, caminar y trepar estimulan la coordinación, el equilibrio y las habilidades motoras gruesas y finas. Esto no solo les da mayor confianza en sus movimientos, sino que también prepara su cuerpo para tareas más complejas en etapas posteriores.
En el ámbito cognitivo, el ejercicio fomenta el desarrollo del cerebro al promover la exploración del entorno. Jugar y moverse activa las conexiones neuronales, lo que mejora la capacidad de concentración, la memoria y la resolución de problemas.
Emocionalmente, el juego activo fortalece la relación entre el niño y sus cuidadores, ya que fomenta el vínculo a través de actividades compartidas. También contribuye al manejo del estrés y la ansiedad, ayudándolos a liberar energía de manera saludable.
Por último, la actividad física en esta etapa es clave para inculcar hábitos saludables desde una edad temprana, sentando las bases para un estilo de vida activo en el futuro. Por eso, es fundamental que los padres y educadores promuevan espacios y actividades seguras que estimulen el movimiento y el juego en los más pequeños.
A continuación, les exponemos 10 ejemplos de actividades físicas óptimas para niños de 1 y 2 años, que se pueden realizar tanto en casa como en la escuela.
En casa:
1. Caminata de obstáculos: Crea un circuito sencillo con almohadas, cajas pequeñas o juguetes para que el niño camine, rodee, o trepe. Esto mejora el equilibrio y la coordinación.
2. Bailes con música: Pon música alegre y baila con el niño. Anímalo a imitar movimientos simples como aplaudir, girar o dar pasos.
3. Rodar pelotas: Siéntate en el suelo y rueda una pelota hacia el niño para que la empuje de vuelta. Esto fomenta el desarrollo muscular y la coordinación ojo-mano.
4. Juegos de arrastre: Ofrece juguetes con cuerda o con ruedas para que el niño los arrastre mientras camina por la casa.
5. Escondite con movimientos: Esconde un juguete en un lugar accesible y anímalo a gatear, caminar o trepar (si es seguro) para buscarlo.
En la escuela:
6. Carreras de gateo: Organiza una actividad grupal donde los niños gateen hacia un punto específico, como una meta marcada con un objeto llamativo.
7. Aros y túneles: Usa aros de plástico para que los niños pasen a través de ellos o túneles de tela para que gateen dentro. Esto trabaja su coordinación motriz gruesa.
8. Subir y bajar escalones: Si hay un área segura con escalones bajos, permite que los niños practiquen subir y bajar, siempre bajo supervisión.
9. Juegos con pañuelos: Dales pañuelos ligeros para que los agiten en el aire, los lancen y los recojan. Esto fortalece sus habilidades motoras finas y gruesas.
10. Caminar en líneas o formas: Marca líneas rectas o curvas en el suelo (puedes usar cinta adhesiva de colores) y pídeles que caminen siguiendo el camino.
Recomendaciones:
• Supervisa siempre a los niños para garantizar su seguridad.
• Adapta las actividades según las habilidades individuales de cada niño.
• Fomenta un ambiente lúdico, usando canciones, colores y materiales suaves para hacerlas más atractivas.
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Movement as a Catalyst for Growth: The Role of Physical Activity in Early Childhood
Playing, exploring, and moving: How physical activity for children aged 1 to 2 strengthens physical, emotional, and cognitive development, laying the groundwork for a healthy future.
Physical activity is vital for the comprehensive development of children, beginning in their earliest years. For children aged 1 and 2, movement and active play are more than just sources of entertainment—they are crucial tools for fostering physical, emotional, and cognitive growth.
One of the primary benefits of physical activity is the strengthening of muscles and bones. During this critical stage of growth, movement helps children build strong muscles and resilient bones, reducing the risk of future health issues such as obesity or a sedentary lifestyle.
Motor activities like crawling, walking, and climbing enhance coordination, balance, and both gross and fine motor skills. These skills not only boost children’s confidence in their movements but also prepare their bodies for more complex tasks as they grow.
Cognitively, exercise supports brain development by encouraging children to explore their surroundings. Play and movement stimulate neural connections, enhancing focus, memory, and problem-solving abilities.
Emotionally, active play strengthens the bond between children and their caregivers by fostering connection through shared activities. It also helps manage stress and anxiety, allowing children to release energy in a healthy and positive way.
Finally, physical activity during this stage is crucial for instilling lifelong healthy habits. Encouraging movement and play early on sets the stage for an active lifestyle in the future. For this reason, parents and educators must create safe and engaging spaces that promote physical activity for young children.
Here are 10 examples of suitable physical activities for children aged 1 and 2, designed for both home and school environments:
At Home:
- Obstacle Walk: Set up a simple course with pillows, small boxes, or toys for the child to navigate by walking, climbing, or crawling. This improves coordination and balance.
- Dancing with Music: Play lively music and dance with your child. Encourage them to mimic simple movements like clapping, spinning, or stepping.
- Rolling Balls: Sit on the floor and roll a ball toward your child, encouraging them to roll it back. This develops muscle strength and hand-eye coordination.
- Pull Toys: Provide toys with strings or wheels for children to drag as they walk around the house.
- Movement-Based Hide-and-Seek: Hide a toy in an accessible spot and motivate your child to crawl, walk, or climb (safely) to find it.
At School:
- Crawling Races: Organize group activities where children crawl toward a specific goal, such as a brightly colored object.
- Hoops and Tunnels: Use plastic hoops or fabric tunnels for children to pass through, promoting gross motor coordination.
- Stairs Practice: If a safe area with low steps is available, allow children to practice climbing up and down under supervision.
- Scarf Games: Give children lightweight scarves to wave, toss, and pick up. This develops both fine and gross motor skills.
- Walking Along Paths: Mark straight or curved lines on the floor (using colored tape) and have children follow the paths by walking.
Recommendations:
- Always supervise children to ensure their safety.
- Adapt activities to match the individual abilities of each child.
- Create a playful environment with songs, bright colors, and soft materials to make the activities more engaging.
Through these activities, children not only develop essential skills but also enjoy quality time with caregivers and peers, fostering positive relationships and creating a foundation for lifelong well-being.