La fiebre en los niños

Una de las cosas que más nos preocupa a los padres cuando nuestros hijos son pequeños es saber qué hacer cuando aparece la fiebre en los niños.
¿Lo llevamos a urgencias?, ¿le damos algo para que le baje? ¿qué le doy? ¿se lo doy ya, o espero a que tenga 38º? ¿le pueden dar convulsiones?
Vamos a intentar dar respuestas sencillas de manera breve:

¿Qué es la fiebre?
La fiebre es una reacción normal del cuerpo, generalmente provocada por una infección por virus o bacterias. Es una respuesta para combatir la infección y activar las defensas del organismo. La fiebre es un signo de presencia de enfermedad, pero no es la enfermedad.

¿Hay que tratar la fiebre? 
No es necesario tratar la fiebre sino el malestar que pueda producir. Si el niño tiene buen aspecto, juega y no parece afectado, serán innecesarios los medicamentos analgésicos-antitérmicos, ya que tratándola no le curamos de nada, solo le aliviamos.

¿Cómo se trata?
Debemos buscar que el niño esté confortable: arroparle o quitar el exceso de ropa según se encuentre más a gusto. Si el niño está incómodo y la temperatura es elevada (o no) puede administrarse algún medicamento analgésico. Los más empleados son el paracetamol y el ibuprofeno. Es recomendable ofrecer líquidos con frecuencia, para prevenir la deshidratación.

¿Cuándo debo consultar al pediatra?
De forma general, y sin sustituir a la valoración individual de cada caso, le aconsejamos que consulte a su pediatra si:
– Tiene menos de 3 meses de edad.
– La fiebre dura más de 48-72 horas o si es de 40º
– El niño está muy irritable, con llanto difícil de calmar, o por el contrario, está muy adormilado y decaído.
– El niño tiene mal aspecto general o dificultad para respirar.
– Si presenta convulsiones o pérdida de conocimiento. Algunos niños (4%) pueden tener convulsiones por fiebre, pero el tratamiento de la fiebre no evita estas convulsiones.
– Si le aparece una erupción en la piel.
– Si hay rigidez de cuello.
– Si no orina o la orina es escasa.

Con respecto al momento más adecuado para consultar sobre la fiebre de un hijo al pediatra, en la mayor parte de los casos el mejor consejero será el propio sentido común.