Cómo estimular el lenguaje en niños de dos años
El lenguaje es lo que nos diferencia del resto de seres vivos y gracias a él, podemos regular nuestro comportamiento. Estimular el lenguaje en edades tempranas es fundamental puesto que es un vehículo del pensamiento racional y cognitivo de la persona. Es quizá por esto que padres y educadores puedan llegar a preocuparse cuando un niño no habla, no adquiere un léxico adecuado para su edad o no es capaz de producir los sonidos de diferentes palabras. Ello, repercute directamente en la parte académica y lo que es más importante, puede llegar a influir en la parte social-afectiva del niño. Desde la Escuela Infantil el Valle de Alicante nos preocupamos del desarrollo del lenguaje en el aprendizaje del niño.
Con dos años, el ser humano es capaz de ampliar su vocabulario sorprendentemente. Pasamos de una fase del lenguaje donde se desarrolla la parte comprensiva (de o a 24 meses) a otra donde se manifiesta, de una forma casi mágica, la expresión. De no hablar nada, el niño pasa a intentar decirlo todo. Utilizan el lenguaje para adquirir conocimientos, por eso preguntan en exceso. Adquieren casi todos los fonemas y su léxico se hace mucho más variado y exquisito.
Lo más importante de esta etapa es que utilizan el lenguaje para la comunicación. Esto hará que en la parte social, donde ahora son más activos, tengan que enfrentarse por primera vez a problemas que antes no existían en sus vidas (resolución de conflictos). Estimular el lenguaje en estas edades tempranas es importantísimo, y no siempre lo hacemos de manera adecuada.
Consejos para estimular el lenguaje
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Estimular la parte auditiva. Si la parte auditiva del niño no se desarrolla debidamente, tampoco lo hará la parte expresiva del lenguaje, ya que no tendrá conocimiento de los sonidos que conforman el habla. Un buen consejo que damos a los padres desde la Escuela Infantil El Valle de Alicante es buscar en internet algunas audiciones de sonidos para jugar con los más peques.
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Estimular el aparato fonoarticulador. La cavidad bucal, dientes, lengua y labios son partes de nuestra fisonomía , y tienen que estar correctamente desarrollados y formados para que así, el niño pueda producir adecuadamente los sonidos. Un buen ejercicio para estimular el aparato fonoarticulador puede ser dejar restos de comida en el labio superior o en las comisuras del niño, y que él intente limpiarse con la lengua. También podemos jugar al juego del espejo, haciendo “carantoñas” uno enfrente del otro e imitarnos mutuamente.
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Estimular el soplo. Esto es básico para que el niño produzca sonidos. Y también es de suma importancia para que los niños trabajen la tonicidad y movilidad de los músculos de la cara. Un buen ejercicio puede ser jugar a hacer pompas con pomperos, soplar velas o trozos de papel.
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Estimular la parte léxica. Nombrando a seres queridos (papá, mamá), nombrando animales mediante imágenes o visitando el zoo. Es muy importante que ellos escuchen un vocabulario adecuado mediante cuentos y canciones.
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Estimular el desarrollo morfosintáctico del lenguaje. Este aspecto es una parte que ellos maduran naturalmente, a través del juego. En estas edades el juego simbólico aparece de forma mágica y el diálogo, que forma parte activa del juego, es fundamental. El niño produce frases con sentido y que sintácticamente son adecuadas. A los niños de dos años les encanta disfrazarse, jugar a médicos… jugar a adquirir diferentes roles utilizando el lenguaje. Es importante que el juego simbólico sea dirigido para enseñarles a jugar.