Los niños y la naturaleza
Observar cómo funciona la naturaleza es el mejor aprendizaje para los niños en la infancia, ya que la naturaleza brinda espacios abiertos, sensación de libertad, es el mejor espacio para estimular sus sentidos y se puede oler, ver, oír, tocar y probar.
El contacto con la naturaleza les facilita a los niños que descubran y experimenten con el mundo real, mejora su capacidad de concentración, atención y su desarrollo cognitivo y motor.
Es trabajo de los padres crear un hábito en el que los niños, a diario, puedan disfrutar de los beneficios de la naturaleza de una manera tan sencilla como visitar parques, jardines o espacios de zona verde.
Hay infinidad de actividades que se pueden hacer en la naturaleza: acampada al aire libre, salir de picnic, bañarse en un río, visitar granjas, ir a buscar moras, plantar semillas de flores, observar los insectos, criar gusanos de seda, observar los árboles, aprender de dónde vienen los alimentos, las frutas, hortalizas, la leche, los huevos…subir a un árbol, etc.
Todo lo que aprenden en la naturaleza, todo lo que pueden ver, tocar y oler, es en directo a través de emociones y sensaciones de una manera natural y totalmente estimulante y divertida.
Además, hay que inculcarles el respeto y el amor por la naturaleza y los cuidados que hay que llevar para mantenerla a salvo, como pueden ser:
-Enseñarles a reciclar y aprender de qué está hecho cada cosa, puede ser muy divertido.
-Mantener el entorno limpio tirando los papeles a la papelera y no al suelo.
-Cerrar el grifo y apagar la luz cuando no lo utilizas.
– La plantas y flores son seres vivos, no se arrancan ni se pisan, se protegen.
-Los insectos se observan, pero no se dañan.
-Enseñarles a utilizar envases reciclables, así trabajarán la responsabilidad y empatía por el medio ambiente.
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