
Enuresis
Enuresis nocturna: cuando mojar la cama se convierte en una barrera emocional
Acompañar sin reproches, entrenar con paciencia y entender las causas médicas y emocionales son claves para superar una situación que afecta a niños incluso más allá de los cinco años
Muchos niños consiguen no mojar la cama por la noche entre los dos y los tres años. Aunque algunos, naturalmente, tardan más en desarrollar esta aptitud. Se trata de un proceso de maduración natural que indica el grado de desarrollo y capacidad vesical del niño y de su motivación para permanecer en seco.
Aproximadamente el 75% de los niños de 4 años y el 85% de los niños de 5 años no mojan la cama salvo en excepciones, pero algunos niños continúan mojando la cama incluso en la adolescencia. Esta situación, recibe el nombre de enuresis nocturna.
Esta situación puede llevar a los niños a situaciones de vergüenza o a sentirse obligados a rechazar planes e invitaciones por el miedo a que suceda fuera de casa.
Las causas de la enuresis son variadas: médicas, genéticas, emocionales o relacionadas con los patrones de sueño. Aunque, en el 80% de los casos, está relacionado con problemas en el control vesical y los patrones de sueño profundo.
Para poder abordar estos casos con la mayor información posible, desde la Escuela Infantil El Valle ofrecemos una serie de pautas que debemos tener en cuenta:
– Nunca se debe avergonzar o ridiculizar al niño por el hecho de mojar la cama. Esto no le ayudará en absoluto y podrá provocar serios problemas emocionales.
– Explicar al niño los motivos: que su vejiga no puede retener la suficiente orina o que su esfínter no es suficientemente potente para mantener la vejiga cerrada toda la noche. No obstante, podemos entrenarla. Se pueden utilizar dibujos, gráficos o muñecos de la vejiga para ser más gráficos.
– Ayudarle a incrementar su capacidad vesical: cada vez que tenga ganas de orinar le explicaremos que tiene que intentar retenerla antes de orinar en cada vez periodos más largos (un minuto cada vez)
– Cada vez que lo consiga lo apuntaremos en nuestro calendario y reforzaremos al niño (con elogios y reforzadores no materiales: elegir comida, juego, película…)
– En el caso de que se detecte un patrón de sueño profundo (el niño no se despierta para orinar) existen dispositivos de alarma que pueden comprarse en las farmacias que emiten una señal acústica que alertará al niño si la malla que incorpora (y que se coloca en la ropa interior) está mojada. Existen varios modelos y son muy asequibles.
– Podemos plantearlo como un juego “derrotar al timbre”: anotaremos cada noche de cama seca y reforzaremos como anteriormente.
– Utilizaremos el dispositivo hasta que hayan pasado varias semanas secas y el niño tenga deseos de renunciar.
– Se recomienda que cada noche de “sábanas mojadas” el niño ayude en su limpieza y recogida (no como un castigo, si no como una colaboración) puesto que en el caso de que lo hagan los padres, el niño puede mantenerse “medio dormido” sin enterarse mucho de la situación, y es importante hacerlo consciente. Esto se hará con mayor o menor dificultad en función de la edad del niño.
En el caso de que ninguna de estas estrategias funcione, se recomienda consultar al pediatra para buscar otras posibles causas y tratamientos.