Cómo educar a los niños a colaborar con las tareas domésticas
Un aspecto muy importante en la educación de los niños es enseñarles a que asuman responsabilidades a medida que crecen. Y una forma muy sencilla y práctica de inculcarles el sentido de la responsabilidad consiste en hacer partícipes a los niños de las tareas domésticas. Esto les ayudará a ser más disciplinados. Y también les enseñará a seguir normas y contribuirá a aumentar su autonomía e independencia.
La edad en la que los niños pueden empezar a asumir estas responsabilidades es la de los dos años. Aunque se tienda a pensar que todavía son muy pequeños, a esta edad deben y pueden colaborar en las tareas domésticas. Con dos años ya empiezan a mostrar interés en ayudar y es el momento idóneo para aprovechar esa motivación innata y potenciarla.
Beneficios de que los niños colaboren con las tareas del hogar
Implicar a los niños en las tareas domésticas tiene muchos beneficios para ellos. A saber:
-Estimular la capacidad de colaboración
-Fomentar la seguridad en sí mismo
-Potenciar el sentido de la organización
-Facilitar el aprendizaje de hábitos
¿Qué tipos de tareas pueden hacer los niños?
-Tirar cosas a la basura
-Poner y quitar la mesa
-Organizar y recoger sus juguetes
-Comer y beber solo
–Desvestirse y vestirse
-Llevar su ropa al cesto de lavar
-Regar las plantas
-Dar de comer a su mascota
–Ir al baño de forma autónoma
Cómo involucrarlos
Para empezar a involucrar a los niños en las tareas domésticas lo primero es enseñarles cómo se hacen. De esta manera, evitaremos que el pequeño se sienta frustrado por no saber cómo hacer lo que se le pide. Una vez enseñadas las tareas se incorporarán poco a poco y se las adaptaremos a su edad. Todo esto “bañado” de mucha paciencia y utilizando el refuerzo positivo.
Cuando los niños están aprendiendo, cometen errores. Es normal que rompa algo o que necesiten mucho tiempo en realizar esas tareas. Pero no hay que culparles ni regañarles sino que les daremos nuestra ayuda y les mostraremos cómo hacerlo mejor.
Lo más importante es centrarse en premiar las cosas que hacen bien y reconocer su esfuerzo y participación, aunque los resultados no sean perfectos.
Mostrar satisfacción al niño marcará toda la diferencia, haciendo que se sientan importantes. Reconocer sus esfuerzos los hará sentir más seguros y competentes, incluso en sus vidas adultas.